"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."

Hermann Hesse

Fotografía: Marta Linares


Es normal que se confundan, que se distraiga e incluso que no se llegue a entender. Es normal que las mentes más perversas intenten comparaciones odiosas y casi inimaginables (: bienaventurados los ignorantes). Es normal el daltonismo, la palabrería e incluso el desplante… Es normal la ceguera. Es normal que desde la televisión, o desde el plasma del bar todo quede con un aire onírico, desenfocado, casi irreal… Como un sueño mal recordado. Pero que poco a poco se irá haciendo cada vez más tangible, más real. Conforme te acercas al campo, al inconcluso templo de bendiciones verdiblancas, todo parece ir más deprisa. Como en un galope sostenido, que aporta ese extra que otros grandísimos equipos del mundo ya quisieran, si quiera rozar. Una afición como pocas en el mundo, una fé irremediable y anclada en el centro del pecho justo, traspasando el corazón… llegando a ese finísimo velo que guarda el alma... 11 gramos de alma guerrera, de lucha incesante, de descaro y desparpajo andaluz universal...

Hay algo más grande en el mundo que nacer bético??

Chesco Reyes

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Saludos en verdiblanco

sábado, 4 de enero de 2014

VALLADOLID 0 - 0 BETIS



VALLADOLID Y BETIS PRESUMEN DE MEDIOCRIDAD EN ZORIILLA


Valladolid y Betis sumaron un punto que no les sirve de mucho a ninguno de los dos equipos. Jugando sin ideas es muy difícil ganar, no se generan casi ocasiones y no se mete en problemas al contrario. De esta manera, el conjunto verdiblanco sigue colista y el blanquivioleta puede regresar a la zona de descenso en esta jornada.
Y es que el Valladolid y el Betis demostraron por qué están como están. Es cierto que el agua caída en los últimos días perjudicó a ambos equipos y el viento no ayudó, pero ninguno de los dos equipos estuvo brillante, ni siquiera bien. Apenas esforzados e intensos. Demasiado poco. Garrido apostó por poner a Verdú por detrás de Rubén Castro y su equipo mejoró en su producción ofensiva hasta que le duró la gasolina. El catalán se ofreció y generó la ocasión más clara de su equipo en los primeros 45 minutos al dejar solo a Molina delante de Mariño, que fue el mejor de su equipo, otra vez, salvando el disparo del delantero y despejando un remate de Valiente, de cabeza, que se colaba en los primeros minutos, así como la falta que lanzó directa el 10 del Betis.
El Valladolid dominaba el balón, los béticos llevaban más peligro, asustaban, cada vez que se acercaban a la portería del portero blanquivioleta. Sólo Larsson, cuando el Valladolid empezó a aprovechar el hueco en la banda derecha del Betis, se atrevió a poner a prueba a Sara con un disparo desde la frontal, pero el argentino despejó. Y es que con Chica defendiendo ese lateral y con Jorge Molina por delante, que no ayudó nada en defensa, el conjunto blanquivioleta centró su ataque en esa banda, pero sin acierto.
En la segunda parte, el Valladolid buscó con más ahínco la victoria, pero no la encontró y hasta pudo perder. Ni Guerra, muy trabajador, ni Larsson consiguieron batir a Sara. De hecho, el que más cerca estuvo de hacerlo fue Carlos Peña, el lateral izquierdo, quien complicó al cancerbero bético en un centrochut. El partido se aceleró en los últimos minutos. Rubén Castro no llegó por centímetros a un centro desde la derecha, igual que Manucho y a Guerra cuando el tiempo se terminaba y la desesperación y el miedo a perder componían un cóctel difícil de digerir.
Con el empate, el Valladolid suma 16 puntos de 54 y el Betis, 11. Ambos equipos muestran a las claras que son firmes candidatos al descenso, con la diferencia de que los béticos tirarán de talonario y se reforzarán en las próximas semanas y los blanquivioletas no pueden hacer eso. Malos tiempos para la lírica y para el fútbol que juegan los pobres.

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