Es cierto que luego, en las botas de Juanfran y Salva Sevilla tuvo oportunidad de ampliar la cuenta, con una bonita vaselina que se quedó sin fuerza y un balón al palo respectivamente, pero ahí se quedó el Betis. Garrido quitó del campo a Amaya con problemas físicos y dio entrada a Dídac y el resto del equipo pareció relajarse. En esa relajación, el Lérida empezó a enlazar alguna buena jugada, eso sí, sin peligro sobre la portería defendida por Sara, pero el portero del Betis se convirtió en protagonista del gol que los visitantes marcaron antes del descanso. En el minuto 38, una falta lateral botada por el centrocampista Monforte, no fue rematada por ningún compañero ni despejada por ningún jugador del Betis y, en el efecto, Sara no pudo ni atajar ni despejar y el balón se coló en la portería bética. El gol llevó el enfado a los más de diez mil espectadores que se dieron cita en las gradas del Benito Villamarín y despidieron con pitos a los jugadores del Real Betis cuando se marchaban hacia los vestuarios al término del primer tiempo.
La segunda parte no pudo empezar peor y el Lérida le puso aún más incertidumbre al pleito, convirtiendo en un drama los más de 35 minutos restantes para el final del partido. En el 9 de la reanudación, Mata recogió un balón suelto de un barullo en el pico del área grande defendida por Sara y definió colocándo un zapatazo medido al palo largo, donde nada pudo hacer el portero bético. Garrido introdujo en el campo a Lolo Reyes en detrimento de Juanfran, dejando a Verdú escorado a la derecha, para tener algo más de controlado el centro del campo. El Lérida le dejó todo el balón y prácticamente todo el campo al Betis, al que esperó en la zona de tres cuartos de su campo para intentar salir a la contra y buscarle los espacios al Betis.
Pasaron muchos minutos en los que no pasó nada, el Betis pareció controlar la situación y como último recambio, Garrido introdujo a Vadillo en lugar de Verdú. El catalán se llevó una sonora pitada por los aficionados béticos, que ven como, partido tras partido, el jugador que venía como fichaje estrella para la presente temporada, no demuestra el porqué de su llegada. El partido entró en una fase fea, con alguna entrada dura provocada porque el Betis no echó un balón fuera del campo para que se atendiera a un jugador del Lérida. En los últimos minutos, hubo tiempo para que la grada, de forma unitaria pidiera, como ya hizo ante el Rijeka la dimisión del director deportivo Vlada Stosic y también, pero en poco menor medida, la marcha de los actuales miembros del consejo de administración.
El Betis de Juan Carlos Garrido no termina de solventar las dudas deportivas que lo asolan. Ha conseguido pasar a los octavos de final de la Copa del Rey, donde jugará a partir de enero, ante el Celta o el Athletic, que dirimen su eliminatoria mañana en San Mamés. Pero este Betis no genera ninguna confianza de cara al sábado ante el Almería, partido vital, como dijera Garrido en la previa ante el Lérida.
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