Gran partido el vivido esta noche en el Benito Villamarín en el que el club verdiblanco puso en mucho apuros al líder de la Liga, que se bastó con dos goles de Messi para llevarse los tres puntos. El equipo de Pepe Mel tuvo 25 minutos anestesiados que aprovechó el rival para marcar diferencias, pero Rubén Castro hizo creer en la remontada con un gol al filo del descanso. En la segunda parte, un quiero y no puedo de un Betis que estrelló tres balones al palo y que estuvo cerca de sumar un punto a base de fe y fútbol.
Tras un aviso de Iniesta con un balón picado que sacó con apuros Adrián, de nuevo el argentino, el que se basta y se sobra para ganar partidos, ponía el 0-2 con un disparo clásico suyo, cruzado y a la cepa del poste. El gol, para más inri, llegó con Juan Carlos lesionado, que tuvo que ser sustituido por Vadillo. Los dos tantos del argentino mataron a los futbolistas verdiblancos, que quedaron noqueados y estaban a merced de los culés.
Xavi, con un tiro desde la frontal, pudo hacer el tercero, pero adrián se lo impidió con una buena estirada. El público reclamaba al menos más contundencia en los suyos, que no podían ni hacer faltas. Sin embargo, como en aquel encuentro de Copa ante el Valladolid, Vadillo emergió para dar un pase de gol a Rubén Castro que el canario convirtió con clase en el 1-2 con el que se llegó al descanso. El tanto hizo creer a todos que el empate era posible, y la ovación al descanso fue cerrada.
Mel movió fichas en el descanso dando entrada a Jorge Molina por Campbell, que tenía una amarilla, buscando más presencia en el área azulgrana. Y a punto estuvo de marcar el espigado ariete en una indecisión de Valdés a la que no llegó a meter la punta de la bota. Había cambiado el Betis, que ya robaba muchos balones en la medular del Barça, y llegaba con peligro al área de Valdés.
La igualada parecía más cerca con el remate al palo de Jorge Molina, que peinó un corner sacado por Salva Sevilla. Sin embargo, la magia de los futbolistas ofensivos del club azulgrana podía matar la contienda en un contragolpe cualquiera. Adriano era el hombre más peligroso de los visitantes, por cuanto aprovechaba los espacios que dejaba Salva Sevilla a la hora de defender. El almeriense dejó el terreno de juego a falta de un cuarto de hora para que entrara Pozuelo.
Un despiste de Dorado a punto estuvo de costarle un gol al Betis, pero Adrián solventó el mano a mano con Pedro. El Betis llegaba una y otra vez, pero le faltaba el último remate, y cuando lo tenía, la mala suerte le acompañaba, como en un disparo de Pozuelo que se estrelló en el poste. También el Barça tuvo dos disparos consecutivos al poste en un contragolpe originado por una pérdida de balón de Cañas. Sin embargo, esa sería la última opción del encuentro, ya que los minutos finales no tuvieron relevancia en ambas áreas. La parroquia bética recompensó el esfuerzo de los suyos con una gran ovación.
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