La segunda mitad la gobernó Beñat, absoluto jefazo verdiblanco. Él marcó el tercero y el decidió que su equipo hiciese más daño, pero unas veces los rematadores y otras Diego López evitaron más goles dedicados al hombre del saco.
Es normal que se confundan, que se distraiga e incluso que no se llegue a entender. Es normal que las mentes más perversas intenten comparaciones odiosas y casi inimaginables (: bienaventurados los ignorantes). Es normal el daltonismo, la palabrería e incluso el desplante… Es normal la ceguera. Es normal que desde la televisión, o desde el plasma del bar todo quede con un aire onírico, desenfocado, casi irreal… Como un sueño mal recordado. Pero que poco a poco se irá haciendo cada vez más tangible, más real. Conforme te acercas al campo, al inconcluso templo de bendiciones verdiblancas, todo parece ir más deprisa. Como en un galope sostenido, que aporta ese extra que otros grandísimos equipos del mundo ya quisieran, si quiera rozar. Una afición como pocas en el mundo, una fé irremediable y anclada en el centro del pecho justo, traspasando el corazón… llegando a ese finísimo velo que guarda el alma... 11 gramos de alma guerrera, de lucha incesante, de descaro y desparpajo andaluz universal...
Hay algo más grande en el mundo que nacer bético??
Chesco Reyes
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jueves, 12 de abril de 2012
Betis 3 - 1 Villareal
La segunda mitad la gobernó Beñat, absoluto jefazo verdiblanco. Él marcó el tercero y el decidió que su equipo hiciese más daño, pero unas veces los rematadores y otras Diego López evitaron más goles dedicados al hombre del saco.
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