"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."

Hermann Hesse

Fotografía: Marta Linares


Es normal que se confundan, que se distraiga e incluso que no se llegue a entender. Es normal que las mentes más perversas intenten comparaciones odiosas y casi inimaginables (: bienaventurados los ignorantes). Es normal el daltonismo, la palabrería e incluso el desplante… Es normal la ceguera. Es normal que desde la televisión, o desde el plasma del bar todo quede con un aire onírico, desenfocado, casi irreal… Como un sueño mal recordado. Pero que poco a poco se irá haciendo cada vez más tangible, más real. Conforme te acercas al campo, al inconcluso templo de bendiciones verdiblancas, todo parece ir más deprisa. Como en un galope sostenido, que aporta ese extra que otros grandísimos equipos del mundo ya quisieran, si quiera rozar. Una afición como pocas en el mundo, una fé irremediable y anclada en el centro del pecho justo, traspasando el corazón… llegando a ese finísimo velo que guarda el alma... 11 gramos de alma guerrera, de lucha incesante, de descaro y desparpajo andaluz universal...

Hay algo más grande en el mundo que nacer bético??

Chesco Reyes

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viernes, 28 de marzo de 2014

LEVANTE 1 - 3 BETIS



A siete puntos de la salvación tras la primera victoria a domicilio




Queda mucho por hacer. Demasiado. Y muy poco tiempo. Pero el Betis ha conseguido una victoria que lo deja a siete puntos de la permanencia. Una cifra enormeteniendo en cuenta que quedan ocho jornadas por delante, pero al menos los verdiblancos ha recortado tres con respecto a cómo empezó. Una victoria ante el Levante que comenzó a fraguarse en el inicio del partido, gracias a un gol de Salva Sevilla. Pero aparecieron los errores y el empate acompañó a la imagen del Betis de toda la temporada. El equipo bético aguantó el marcador hasta el descanso y, tras el paso por los vestuarios, cambió la dinámica. Se vio un Betis mejor, sobre todo a raíz de los cambios de Calderón, que dieron más consistencia en el centro del campo y más profundidad en el ataque. Y así llegaron los goles de Molina y Rubén Castro.  El 1-3 no sirve para lanzar las campanas al vuelo, pero sí para pensar que, si el Betis es capaz de ganar el lunes al Málaga, se puede meter en la pelea. La cuestión ahora es ver si aparece el error habitual de esta campaña o, si por el contrario, da un golpe encima de la mesa.
La situación del Betis en la tabla no es casualidad. Quizás no es la peor plantilla de la Liga, pero sí es evidente que tiene muchas lagunas y que, además, sí ha sido la que más errores ha cometido. Como lo hizo ayer. Porque los verdiblancos tenían la obligación de ganar en el Ciudad de Levante y con esa idea saltaron al césped. Hubo un contratiempo de última hora, ya que Paulao se lesionó en el calentamiento, pero aun así los de Calderón se adelantaron en el marcador gracias a un gol de Salva Sevilla. Corría el minuto 12 y el centrocampista recogió un balón dividido en el área del Levante para introducirlo dentro de la portería local. Se ponía todo de cara para los de Heliópolis, pero pronto todo se torció. Y es que los errores y los desajustes fueron continuos. Demasiados para un equipo que no se puede permitir desaprovechar una ventaja, algo tan fuera de lo común durante este campeonato, sobre todo cuando le toca viajar fuera de Sevilla. En el minuto 25 igualó Diop en una jugada en la que quedó retratada toda la línea defensiva del Betis. Faltó intensidad, colocación y ganas. Y lo que es peor, no fue algo puntual. Continuó pasando durante toda la primera parte, en la que ninguno de los dos equipos se hizo con el dominio. El balón fue de un área a otra, con la sensación de que el Betis tenía más opciones de fallar que el Levante, aunque el marcador no se movió.
Tras el descanso cambió un poco la dinámica. El esférico ya no fue tanto de una portería a otra y sobre todo hubo más juego en el centro del campo después de los cambios de Calderón. Aun así, el Betis continuó teniendo errores tanto arriba como en defensa. Faltaba que la delantera enlazara alguna jugada, que no hubiera precipitación. Y en la primera ocasión en la que esto ocurrió llegó el segundo tanto de los verdiblancos. Ya estaban sobre el campo Vadillo y Jorge Molina, y ambos participaron. El canterano comenzó la jugada, le pasó el balón a Baptistao, quien habilitó a Molina, que remató a la perfección. Eran los mejores minutos del Betis, que por entonces tenía más el control y al que le faltaba poder rematar la faena para no pasar apuros. Y esto también ocurrió, eso sí, con suspense. Porque en el minuto 75 llegó el 1-3, gracias a Rubén Castro, aunque costó ver que Muñiz Fernández concedía el tanto. Tocaba aguantar el resultado, hacer que el Levante corriera y que, por fin, llegara la primera victoria como visitante de la temporada, algo que llevaba un año entero sin conseguir el Betis. El marcador no corrió peligro y los verdiblancos consiguieron tres puntos que lo dejan a siete de la permanencia. Todavía es mucho, pero al menos recorta distancias e ilusionan a los suyos con luchar hasta el final de la Liga.
www.alfinaldelapalmera.com

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