"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."

Hermann Hesse

Fotografía: Marta Linares


Es normal que se confundan, que se distraiga e incluso que no se llegue a entender. Es normal que las mentes más perversas intenten comparaciones odiosas y casi inimaginables (: bienaventurados los ignorantes). Es normal el daltonismo, la palabrería e incluso el desplante… Es normal la ceguera. Es normal que desde la televisión, o desde el plasma del bar todo quede con un aire onírico, desenfocado, casi irreal… Como un sueño mal recordado. Pero que poco a poco se irá haciendo cada vez más tangible, más real. Conforme te acercas al campo, al inconcluso templo de bendiciones verdiblancas, todo parece ir más deprisa. Como en un galope sostenido, que aporta ese extra que otros grandísimos equipos del mundo ya quisieran, si quiera rozar. Una afición como pocas en el mundo, una fé irremediable y anclada en el centro del pecho justo, traspasando el corazón… llegando a ese finísimo velo que guarda el alma... 11 gramos de alma guerrera, de lucha incesante, de descaro y desparpajo andaluz universal...

Hay algo más grande en el mundo que nacer bético??

Chesco Reyes

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lunes, 27 de mayo de 2013

BETIS 4 - 0 ZARAGOZA



El Betis llevará su alegría a Europa





El deseo que viajar por Europa la próxima temporada superó al hecho de hacerlo por los campos de Primera. Con la Liga Europa y la permanencia en juego, el Betis demostró ser un equipo ambicioso, que cree en lo que quiere y que su entrega sobre el césped corresponde a los ánimos que recibe desde la grada. Así ganó 4-0 a un Zaragoza que es todo lo contrario. Recibe el aliento de una afición que no merece y se mueve por el verde como un equipo sin metas que conseguir, como si lo que ocurre no fuese con él.
Sobre el terreno de juego del Benito Villmarín se dieron cita dos apuestas totalmente distintas de lo que es un equipo de fútbol. Los verdiblancos han buscado el fútbol vistoso, han ido moldeando su plantilla año tras año sin grandes cambios y han apostado por un entrenador que les está llevando a lo más alto temporada tras temporada. Por otro lado, los blanquillos han ido dando tumbos campaña tras campaña, con una política de fichajes ruinosa tanto en verano como en invierno, echando por tierra una fama de 'equipo simpático' que se había ganado a lo largo de su historia y con una administración plagada de deudas, descensos y sospechas con cada salvación lograda en el último momento.
Sólo doce segundos tardó Rubén Castro en acabar con las ilusiones de la afición del Real Zaragoza. Tiempo que fue suficiente para que los chicos de Manolo Jiménez demostraron estar a años luz del valor de su afición. Tras apenas pelear un balón dividido y con una falta de contundencia más que alarmente, los maños dejaron que el canario marcara el primer tanto del partido y llevara el delirio a la grada bética, que se sintió correspondida con su equipo.

Europa era una meta demasiado grande como para no intentar hacer el mejor partido de la temporada, pero en el bando visitante parecía que la salvación no merecía tal esfuerzo. El Betis quiso volver a cruzar la frontera, a enseñar su escudo por el continente, al contrario de unos blanquillos que parecen empeñados en no mostrar su querido león por los mejores campos de Primera.
No contentos con haber encajado el primer tanto por medio de Rubén Castro, los de Manolo Jiménez siguieron haciendo méritos para ocupar uno de los tres puestos de descenso y permitieron que Pabón marcara el segundo de la tarde. Roberto, uno de los más destacados a lo largo de su etapa en Zaragoza, falló en su salida, permitió que Rubén Castro controlara el esférico y cediera para que el atacante colombiano del Betis rematara a placer. Si las cuentas de la salvación pasaban por sacar algo positivo de Sevilla no iba a ser el día. Faltaban más de 70 minutos por disputar y algún seguidor de los aragoneses ya había destrozado la calculadora y perdido la fe en su equipo de nuevo.
Es cierto que los zaragocistas hicieron muy pocas cosas bien sobre el terreno de juego, pero también lo es que el Betis no dio respiro a su rival. Los de Pepe Mel fueron una máquina perfecta en todas sus líneas. Amaya se comió a Postiga en todo momento, los laterales cortaron a los extremos visitantes y el centro del campo estuvo en poder de Rubén Pérez y Salva Sevilla en todo momento. Además, la movilidad de hombres como Pabón, Jorge Molina y Rubén Castro se transformó en errores de marcaje, situaciones de peligro contra los aragoneses y superioridades continuas ante la zaga del Zaragoza.
De esta forma fue como llegó el tanto de Jorge Molina, quien inexplicablemente recibió sin oposición alguna el esférico en la frontal y encaró con éxito a Roberto en el mano a mano. Nuevo tanto local, nueva decepción visitante y nueva imagen para olvidar de un conjunto blanquillo que comienza a ser carne de Segunda.
No contentos con lo ocurrido hasta entonces, los verdiblancos todavía tuvieron tiempo de hacer leña del árbol caído. Una contra de los béticos liderada por Salva Sevilla terminó con el cuarto gol de la tarde. Pabón no tuvo que emplearse a fondo para firmar su doblete antes de abandonar el campo entre la ovación de la grada.

El Zaragoza, lejos de repetir éxitos pasados
Finalmente, la victoria del Rayo ante el Getafe obliga al Betis a sumar un punto en la última jornada para asegurar la Liga Europa. Aunque el Rayo tiene la sanción de la Federación que le impide optar a competiciones continentales, los de Mel quieren asegurar su objetivo ante un posible perdón.

Por otro lado, los maños deberán ganar al Atlético en La Romareda y esperar que no lo hagan Celta y Deportivo. El golaverage lo tiene perdido con los dos conjuntos gallegos y por ello, sus opciones de repetir lo sucedido años atrás disminuyen claramente.


Marca.com

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