"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."

Hermann Hesse

Fotografía: Marta Linares


Es normal que se confundan, que se distraiga e incluso que no se llegue a entender. Es normal que las mentes más perversas intenten comparaciones odiosas y casi inimaginables (: bienaventurados los ignorantes). Es normal el daltonismo, la palabrería e incluso el desplante… Es normal la ceguera. Es normal que desde la televisión, o desde el plasma del bar todo quede con un aire onírico, desenfocado, casi irreal… Como un sueño mal recordado. Pero que poco a poco se irá haciendo cada vez más tangible, más real. Conforme te acercas al campo, al inconcluso templo de bendiciones verdiblancas, todo parece ir más deprisa. Como en un galope sostenido, que aporta ese extra que otros grandísimos equipos del mundo ya quisieran, si quiera rozar. Una afición como pocas en el mundo, una fé irremediable y anclada en el centro del pecho justo, traspasando el corazón… llegando a ese finísimo velo que guarda el alma... 11 gramos de alma guerrera, de lucha incesante, de descaro y desparpajo andaluz universal...

Hay algo más grande en el mundo que nacer bético??

Chesco Reyes

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sábado, 20 de abril de 2013

Real Madrid 3 - 1 Real Betis



El Betis rozó el empate en el Bernabeu


El Betis ha caído en su visita al Santiago Bernabéu (3-1) aunque estuvo muy cerca de sacar un empate. En el último suspiro de partido, el equipo de Mel gozó de dos ocasiones clarísimas para lograr el segundo gol y sumar en punto, pero falló en el momento clave. La relajación local y el cambio de sistema efectuado por el técnico verdiblanco en el descanso resultaron claves para hacer posible que el Betis llegara con vida al tramo decisivo de contienda.

Mel modificó el dibujo que tan poco resultado le dio en el derbi, protegiendo el centro del campo, donde Beñat y Cañas recibían el apoyo de Nosapara verse las caras con Modric y el debutante Casemiro. El arranque respondió a la lógica que dicta el Bernabéu, es decir, dominio local y repliegue visitante. Aun así, la primera ocasión clara fue del Betis, con un remate de Paulao a la salida de un córner que despejó con apuros Diego López. El rechace lo empujó a la porteríaRubén Castro en posición de claro fuera de juego que no pasó inadvertida para el colegiado. Poco después, las acometidas locales se tradujeron en llegadas claras, como la del cabezazo deCristiano que despejó Adrián o el disparo cruzado de Callejón que se marchó fuera por muy poco. A pesar de todo, el Betis mantenía cierto orden atrás, con la línea de cuatro bastante adelantada, provocando que los madridistas cayeran en fuera de juego en varias ocasiones.  Los de Mel, de vez en cuando, llegaban a línea de tres cuartos, esperando su oportunidad a base de largas posesiones. En una de ellas, Pabón disparó desde la frontal y el balón dio en el larguero apenas tres minutos después de que Cristiano Ronaldo mandara también estrellara un lanzamiento en el palo izquierdo de la meta de Adrián. Al filo del descanso, el Real Madrid sorteó el fuera de juego y Ozil anotó el primer tanto. 
El técnico bético movió ficha en el tiempo de descanso, desbaratando el sistema de juego,quitando a Nosa, desaparecido en los primeros 45 minutos y metiendo a Jorge Molina. Campbell y Pabón se abrían a las bandas, dejando en punta de ataque al delantero de Alcoy junto a Rubén Castro. Como más le gusta al Real Madrid, es decir, con metros por delante para correr, llegó el segundo tanto, logrado por el francés Benzema. Parecía, con 35 minutos por delante, la sentencia de un partido que, a partir de ese momento, adquirió un ritmo de entrenamiento con público. Los madridistas pensaban en el Borussia y lo único que les preocupaba era evitar lesiones inoportunas, algo que favorecía a los intereses visitantes. El penalti claro de Nacho sobre Rubén Castro le dio vida al tramo definitivo. El autor del gol bético, Jorge Molina, supo leer la situación ofreciendo salida a sus compañeros, mientras Beñat aprovechó la bajada de exigencia física del partido para aparecer en escena. La estrechez en el marcador permitía soñar a los verdiblancos y los deseos estuvieron a punto de verse cumplidos a dos minutos del final,cuando Rubén Castro mandó un balón al larguero tras una indecisión de Carvalho. El rechace cayó a los pies de Pabón que, con todo a favor, disparó flojo y centrado, permitiendo que Albiol salvara el tanto del empate. A renglón seguido llegó el tercer y definitivo gol que dejaba a los de Mel compuestos y sin puntos. 

www.alfinaldelapalmera.com

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