"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."

Hermann Hesse

Fotografía: Marta Linares


Es normal que se confundan, que se distraiga e incluso que no se llegue a entender. Es normal que las mentes más perversas intenten comparaciones odiosas y casi inimaginables (: bienaventurados los ignorantes). Es normal el daltonismo, la palabrería e incluso el desplante… Es normal la ceguera. Es normal que desde la televisión, o desde el plasma del bar todo quede con un aire onírico, desenfocado, casi irreal… Como un sueño mal recordado. Pero que poco a poco se irá haciendo cada vez más tangible, más real. Conforme te acercas al campo, al inconcluso templo de bendiciones verdiblancas, todo parece ir más deprisa. Como en un galope sostenido, que aporta ese extra que otros grandísimos equipos del mundo ya quisieran, si quiera rozar. Una afición como pocas en el mundo, una fé irremediable y anclada en el centro del pecho justo, traspasando el corazón… llegando a ese finísimo velo que guarda el alma... 11 gramos de alma guerrera, de lucha incesante, de descaro y desparpajo andaluz universal...

Hay algo más grande en el mundo que nacer bético??

Chesco Reyes

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jueves, 24 de enero de 2013

Betis 1 - 1 Atlético vuelta de 4º de Final Copa S.M. El Rey


Real Betis Balompié 1 - 1 Atlético de Madrid 

La remontada fue una utopìa


El Betis cayó eliminado de la Copa del Rey tras empatar con el Atlético de Madrid en el partido de vuelta de los cuartos de final, en un encuentro en el que los verdiblancos no supieron superar el orden táctico rival y regalaron el gol a los visitantes. Diego Costa, al filo del descanso, dio la puntilla a una utópica remontada merced a un tremendo error de Casto en la salida a despejar un balón. Jorge Molina, en el minuto 89 y de penalti, maquilló el resultado. Queda centrarse en la Liga, donde la trayectoria está siendo muy buena.

En ningún momento supo el Betis qué hacer con el partido, cómo meterle mano a un Atlético bien plantado en defensa y organizado para salir al contragolpe. A pesar de la presión arriba de los verdiblancos, cuando tenía la pelota no sabía que hacer con ella. Salva Sevilla, Beñat y Rubén Pérez no ofrecían apoyo a las bandas, que se la tenían que jugar solos para intentar provocar peligro. Sin embargo, ni Joel ni Vadillo estaban entonados.

Lo único a contar como peligroso en el área del equipo rojiblanco fue un remate desviado de Rubén Castro tras centro de Ángel. Los visitantes estaban cómodos y se bastaban con Diego Costa para sacar de quicio a la zaga verdiblanca. De hecho, en el último minuto de la primera parte, un despeje de Miranda volaba alto y sorprendía a Amaya y Casto, que en su salida, se comía el balón cedido por su compañero para que el brasileño, que pasaba por allí, la metiera a placer. Eliminatoria sentenciada. Nada que hacer salvo milagro más que improbable.

En la segunda mitad sólo restaba ver las evoluciones de Molins, el último en llegar, que gozó de los 45 minutos en sustitución de Joel. También entró Jorge Molina por un desaparecido Beñat. La primera acción del partido fue un disparo de Arda que Casto tuvo que mandar a córner. Poco después respondió el Betis con un remate algo desviado de Molina a pase de Rubén Castro. Sin embargo fue un espejismo porque el conjunto madrileño pasaba los minutos plácidamente.

El resto del partido sobró por completo, con un ambiente más que frío y unos jugadores que tampoco tenían ya mucho interés en variar los que ocurría en el terreno de juego. Tanto es así que Mel hizo descansar a Rubén Castro dando entrada a Nono cuando restaban 20 minutos para la conclusión. Cerca del final, al menos la honrilla del empate llegó en un penalti sobre Jorge Molina que el propio ariete convirtió con aplomo



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