"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."

Hermann Hesse

Fotografía: Marta Linares


Es normal que se confundan, que se distraiga e incluso que no se llegue a entender. Es normal que las mentes más perversas intenten comparaciones odiosas y casi inimaginables (: bienaventurados los ignorantes). Es normal el daltonismo, la palabrería e incluso el desplante… Es normal la ceguera. Es normal que desde la televisión, o desde el plasma del bar todo quede con un aire onírico, desenfocado, casi irreal… Como un sueño mal recordado. Pero que poco a poco se irá haciendo cada vez más tangible, más real. Conforme te acercas al campo, al inconcluso templo de bendiciones verdiblancas, todo parece ir más deprisa. Como en un galope sostenido, que aporta ese extra que otros grandísimos equipos del mundo ya quisieran, si quiera rozar. Una afición como pocas en el mundo, una fé irremediable y anclada en el centro del pecho justo, traspasando el corazón… llegando a ese finísimo velo que guarda el alma... 11 gramos de alma guerrera, de lucha incesante, de descaro y desparpajo andaluz universal...

Hay algo más grande en el mundo que nacer bético??

Chesco Reyes

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domingo, 26 de agosto de 2012

Betis 1 - 2 Rayo


Betis 1 - 2 Rayo




Un chico de 19 años dio la victoria a un gran Rayo en el Benito Villamarín (1-2). Leo sorprendió tanto como su equipo, que se plantó ante el Betis, jugando fuera de casa, con tres defensas. Con esa propuesta valiente terminó triunfando y dominando. A través del balón, el Rayo minimizó al Betis e impuso su juego. En un arranque frenético, marcaron Piti y Jorge Molina, por este orden. En la segunda parte, tras un buen inicio del Betis, el Rayo acabó de nuevo imponiéndose y marcando la diferencia gracias a Leo, que también fue el autor de la jugada del primer tanto rayista. El cuadro de Paco Jémez suma seis puntos en dos jornadas.
Los dos equipos arrancaron el partido a todo trapo. El Rayo avisó de sus buenas intenciones nada más iniciarse el choque. Piti marcó a los dos minutos después de una jugada bella desde el inicio. Combinaron en la izquierda Casado y Trashorras y acto seguido un balón interior encontró a Leo. El chaval recibió, se marchó de Dorado como si tal cosa y centró raso. Fabricio no alcanzó el balón y Piti, en el segundo palo, marcó a placer. Se las prometía felices el Rayo, pero el Betis se rehizo en la siguiente jugada. Beñat colgó una falta y Jorge Molina cabeceó muy bombeado desde la frontal. El balón superó a Rubén, que estaba adelantado y se vio sorprendido.
El empate no varió el guión del Rayo, que tuvo mucho mérito en el Villamarín. Con los recursos que tiene, y ya sin Diego Costa ni Michu, sus dos mejores atacantes la pasada temporada, ni Arribas, quizá su mejor defensa, podría pensarse en un equipo esforzado, replegado y tratando de aprovechar algún resquicio. Nadie se lo reprocharía. Sin embargo, en lugar de eso ha escogido otro camino, al menos por lo que se vio contra el Betis. Dominó el partido con claridad frente a un equipo al que también le gusta mandar. Pase tras pase, el Rayo intentó desarmar la defensa verdiblanca.
Tanto Betis como Rayo llegaban con facilidad a las áreas porque el Rayo, en su valiente propuesta, dejaba huecos. Piti estrelló un gran disparo en el larguero y Beñat respondió al instante con un cabezazo al travesaño. Los dos golpeaban, el partido era un gustazo para los ojos, con todas sus imperfecciones. El Rayo no dudó nunca, con Leo sacando petróleo de cada balón. Casi en cada intervención, el chaval puso en problemas a la defensa del Betis, incapaz de detectarle. Remataba el Rayo y contragolpeaba el Betis, el escenario ideal para el pie de Beñat y la velocidad de Juan Carlos y Pereira. Pero no tuvieron los atacantes verdiblancos un día especialmente inspirado. Con todo y con eso, Rubén se vio exigido antes de llegarse al descanso.
El cuadro de Mel dio un paso adelante al inicio del segundo tiempo. Pareció dispuesto a dominar y Agra dispuso de un mano a mano que Rubén tapó perfectamente. Pero el Rayo no se alteró en ningún momento, continuó igual y terminó inclinando de nuevo el partido de su lado. Salió Lass para ganar verticalidad y ya con él sobre el césped llegó el gol decisivo. Lass combinó con Leo, que entró en el área, aguantó con el cuerpo y soltó un zurdazo que se coló por el palo de Fabricio. Lo que vino después fueron balas de fogueo del Betis. Un par de acciones de Campbell y poco más. Con el 1-2, Paco puso defensa de cuatro y el Rayo apenas sufrió. Pudo incluso liquidar el duelo a través de Nicki Bille y Lass. El Rayo pasó por el Villamarín como un grande y de esa forma ganó.

Marca.com

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