1 - 0 
Un gol de Pandiani a un cuarto de hora del final dio la victoria al Espanyol sobre el Betis. El uruguayo, que entró por Álvaro Vázquez cinco minutos antes, marcó la diferencia en un choque en el que el Espanyol hizo más por ganar.
Hay jugadores que marcan goles hasta en la bañera y hay otros a los que les cuesta más. Pandiani está, claramente, en el primer grupo. En un partido en el que el Espanyol y, en concreto, Álvaro Vázquez dispuso de ocasiones para hincharse, tuvo que ser el viejo Rifle quien decidiera.
Y eso que la primera parte fue de alternativas. Ocasiones en ambas porterías y mucho protagonismo de los porteros. Casto y Cristian Álvarez se ganaron el sueldo. Frustraron cantidad de ocasiones y fueron los grandes responsables de que el partido se fuese al descanso sin goles.
La segunda parte fue otra historia. La balanza acabó por inclinarse del lado perico, que salió mejor que su rival tras el descanso.
Siguió el caudal de ocasiones, pero Pochettino acabó por darse cuenta que hoy Álvaro Vázquez no le hubiera metido un gol ni al arcoíris. Metió a Pandiani y el uruguayo enganchó la primera que tuvo. Cabezazo casi desde la frontal a pase medido de Dídac y partido resuelto.
Los catalanes suman su tercera victoria consecutiva y ya ocupan puesto europeo. Bastante peor le va al Betis, que acumuló su quinta derrota del tirón. Muy lejos queda ya aquel arranque fulgurante.
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Y si la testa de Pandiani fue implacable, la cabeza visible del Betis es hoy Pepe Mel. Enlazan los verdiblancos cinco derrotas pese a que no fueron ninguna marioneta en manos blanquiazules. Les costó entrar en el partido, quizá porque debían acomodarse a un estadio nuevo para ellos, pero dispusieron de ocasiones. Beñat lo intentó desde lejos en dos ocasiones y Santa Cruz desperdició en el 40' la más clara, plantado ante Cristian, a quien embocó en lugar de asistir a Rubén Castro, completamente solo en el segundo palo.
Más constante fue el Espanyol, y de ahí su premio. Aunque por repetición, quien hubiera merecido el 1-0 es Álvaro Vázquez: sigue peleado con el gol, pero desplegó un manual de desmarques y de remates de primeras, hasta seis en el primer cuarto de hora de la reanudación. Entre Casto y la puntería los desbarataron, y a Pochettino le salió bien sustituirlo por Pandiani.
El Rifle asumió el protagonismo del gol, aunque parte de su autoría corresponde a Dídac. El lateral, cedido por el Milán, demostró con un centro extraordinario que allí mejoró pese a no jugar más que un partido en cinco meses. Será por esa pertenencia a Milanello que también quería estar, al menos hoy, en Europa.
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