"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."

Hermann Hesse

Fotografía: Marta Linares


Es normal que se confundan, que se distraiga e incluso que no se llegue a entender. Es normal que las mentes más perversas intenten comparaciones odiosas y casi inimaginables (: bienaventurados los ignorantes). Es normal el daltonismo, la palabrería e incluso el desplante… Es normal la ceguera. Es normal que desde la televisión, o desde el plasma del bar todo quede con un aire onírico, desenfocado, casi irreal… Como un sueño mal recordado. Pero que poco a poco se irá haciendo cada vez más tangible, más real. Conforme te acercas al campo, al inconcluso templo de bendiciones verdiblancas, todo parece ir más deprisa. Como en un galope sostenido, que aporta ese extra que otros grandísimos equipos del mundo ya quisieran, si quiera rozar. Una afición como pocas en el mundo, una fé irremediable y anclada en el centro del pecho justo, traspasando el corazón… llegando a ese finísimo velo que guarda el alma... 11 gramos de alma guerrera, de lucha incesante, de descaro y desparpajo andaluz universal...

Hay algo más grande en el mundo que nacer bético??

Chesco Reyes

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Para todo aquel aficionado al Betis que quiera aparecer en cualquiera de las secciones existentes y futuras del blog, puede hacerlo escribiendo un correo electrónico adjuntando sus fotos y los textos que quiera introducir en el blog a la dirección:

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Y en breve aparecerá su entrada en el blog.

También aceptaremos y tendremos en cuenta sugerencias de reportajes como por ejemplo, Viajes con el equipo, 15 J, momentos históricos, etc.

Saludos en verdiblanco

viernes, 16 de septiembre de 2011

El Beticismo

¿Que es el Beticismo?


Para mi... ¡¡mucho más que ser simpatizante de un equipo de fútbol; más que una simple afición futbolera!!.¿Bético se nace?: ¡No!. Todo viene de mucho antes; el bético "se fabrica" en el momento del coito; es ahí cuando empiezan a engranarse sabiamente todas las piezas. Es algo generacional; un gen que transportan los espermatozoides más inteligentes -que no siempre los más rápidos, claro- hacia los óvulos más ambiciosos.Ser del Betis es tener la sangre verde, aunque el daltonismo generalizado en la especie humana haga que la mayor parte de la gente la vea roja. El latido de un corazón bético suena distinto; con un ritmo especial...Ser bético implica reconocer en lo más hondo del alma que "nuestro equipo" siempre estará ahí; por encima de cualquier circunstancia, personaje y, lo más importante, por encima de cualquier resultado. Porque siempre se tiene presente, con la ilusión y la confianza en cada partido, en cada minuto de juego, de que "nuestro equipo" nos hará volar como lo hacen los pájaros más atrevidos, por encima del cielo de nuestra ciudad; Sevilla, de nuestra tierra andaluza, ... ¡¡por encima de cualquier fantástica sensación!! Como siempre dispuestos a "empujar el balón" con mil gritos y cánticos, cientos de banderas y bufandas, millones de palmadas,... para llevar a "nuetro Betis del alma" en volandas hacia el mayor de los éxitos: el de la simpatía mundial; su incomparable universalidad; "la verdad de las trece barras". Y es que el Betis siempre será el Betis; el equipo de la legendaria ciudad de Sevilla; el equipo de los corazones generosos y las inteligencias superiores; ...¡¡¡el REAL BETIS BALOMPIÉ!!!

No lo olvides, bético. No lo olvides. No olvides llevarte aquel escalofrío que notaste la primera vez que saliste del vomitorio. No olvides llevar el tacto de aquella mano, la mano arrugada de tu abuelo o la mano fuerte de tu padre. No olvides llevar aquella carantoña en el pelo, aquel picor de la camiseta recién comprada, aquel susurro al oído de la voz querida y respetada. No olvides llevar aquel recuerdo, aquella emoción, aquel mome
nto, aquel instante en que el tiempo se paralizó en tus ojos de niño y estos se iluminaron como nunca. No olvides llevar tus nervios, tu mano cerrándose con fuerza, aquel olor inconfundible en el que se mezclaban tantas cosas. No olvides llevarte aquella mirada de reojo con la boca entreabierta en la que viste a tu abuelo, a tu padre, mirando al cielo. No olvides llevarte tu extrañeza de entonces que es plena y dolorosa comprensión ahora. No olvides llevarte esa misma mirada al cielo para buscar la mano que aquel día te estrechaba. No olvides llevarte aquel “Beeeti” que se te clavó en el alma la primera vez que lo escuchaste. No lo olvides, bético. No lo olvides. NUNCA OLVIDEMOS LO QUE SOMOS.
¡¡¡VIVA EL BETICISMO!!!
¡¡¡VIVA EL REAL BETIS BALOMPIE!!!



Rafael Chacón

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