Un fantástico Betis pone fin a una racha de 28 partidos oficiales sin perder el Barça
MATRÍCULA DE HONOR EN LA SELECTIVIDAD DEL FÚTBOL
Los de Mel ganaban 2-0 en el minuto 7 de la primera parte
El Betis se presentó al examen de enfrentarse a doble partido con el mejor equipo del mundo en cuartos de final de la Copa del Rey. Los béticos, alejados de la élite durante dos años, tenían la oportunidad de mostrarse de nuevo ante los ojos de la mayor parte del fútbol español. Y sacaron nota, en ambos parciales. Si ya en la ida la imagen ofrecida por los de Mel fue notable, anoche, El Betis sacó matrícula de honor en ésta especie de reválida para demostrar que está sobradamente preparado para el regreso a la máxima competición del fútbol español.
Pese a que Mel tuvo que hacer malabarismos para confeccionar su once debido a las numerosas bajas, (Rubén Castro salió de la lista a última hora), los jugadores que saltaron de inicio al Villamarín, lo hicieron preparados para, al menos, intentar o rozar la hazaña. Y la rozaron. Ya en el minuto 1 el Betis ganaba. Jorge Molina remachó solo dentro del área de meta una falta lateral desde la derecha sacada con el guante que tiene Salva Sevilla. La fiesta en el Villamarín acaba de comenzar. Y continuó. En el minuto 7 el Betis aumentaba la renta y recortaba las distancias en el global de la eliminatoria. Ezequiel condujo el balón por el centro y metió un pase interior, perfecto, a la espalda de la defensa que lo aprovechó de nuevo Jorge Molina que remató de primeras con el exterior del pie, batiendo a Pinto, que poco pudo hacer. El éxtasis se adueñó de las gradas que comenzó a soñar, justo después de frotarse los ojos ante al arranque de los jugadores de Mel. Pudo convertirse ese sueño inalcanzable al principio en realidad cuando Jorge Molina se plantó solo ante Pinto en el minuto 15. Sin embargo, el delantero no estuvo fino y pecó de lentitud. Piqué tocó lo justo la pelota cuando Molina se disponía a rematar. Esa jugada pudo ser clave en el devenir del choque y de la eliminatoria.
El Betis era el dueño de la pelota y del partido. Llegaba siempre con peligro al área del Barcelona. Con los goles, los blaugranas comenzaron a tener algo más la pelota y a llegar al área de Casto. El más incisivo en ataque era el holandés Afellay que lo intentó en varias ocasiones desde fuera del área. El sueño se rompió en el minuto 37, cuando Messi ganó en velocidad a Isidoro y se plantó dentro del área para batir por bajo y entre las piernas a Casto. El gol obligaba de nuevo al Betis a tener que meter cinco goles, eso sí, en mucho menos tiempo. Ya al final de los primeros 45 minutos, Arzu amplió la diferencia en el marcador al rematar de espaldas en un rechazo dentro del área tras una falta sacada por Salva Sevilla. Con el sorprendente marcador de 3-1 para el Betis, se llegó al descanso.
La segunda parte fue una grandiosa fiesta del beticismo. Sabedores de lo heroico y milagroso que era meter 4 goles al Barça en una parte, la grada se dedicó a saborear cada minuto que restaba de partido. Se cantó, se rió e incluso se escucharon varios ‘Oles’ en la grada. Todo ello con un Betis que continuaba jugando como en la primera parte, teniendo la pelota y mimándola, pero ya menos incisivo que durante la primera mitad. Hubo menos ocasiones. El Barça pudo recortar distancias en un penalti que Messi mandó arriba tras tropezar en el golpeo. También pudo el Betis marcar el cuarto sin no es por el poste en una veloz jugada del Betis por la derecha llevada por Pereira que centró raso al corazón del área, Salva Sevilla la dejo pasar, y Nacho de primeras, golpeó fuerte y a media altura, pero su disparo se estrelló en el palo izquierdo de la portería de Pinto. También sirvió para que la grada del Villamarín demostrara su buen gusto y su caballerosidad ante uno de los grandes de este deporte. Xavi fue sustituido y la grada se levantó de sus asientos para vitorear al menudo centrocampista. Ovación de gala para Xavi.
Se termina el periplo del Betis en la Copa del Rey. Un viaje largo, muy intenso y que deja una sensación en los labios sabor a dulce. Queda esa sensación de haberse topado con el equipo equivocado en el momento equivocado. El Barcelona llevaba 28 partidos oficiales sin conocer la derrota. Hasta que se topó con este Betis de Pepe Mel. La temporada que viene, una victoria como esta tendrá el merecido premio de 3 grandes puntos. Hasta pronto, Barça.
LO MEJOR: Todo el equipo. La afición se portó de manera ejemplar y dio una nueva lección.
LO PEOR: El gol de Messi frenó en seco esa mínima posibilidad de milagro.
Joaquín Rueda
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