"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."

Hermann Hesse

Fotografía: Marta Linares


Es normal que se confundan, que se distraiga e incluso que no se llegue a entender. Es normal que las mentes más perversas intenten comparaciones odiosas y casi inimaginables (: bienaventurados los ignorantes). Es normal el daltonismo, la palabrería e incluso el desplante… Es normal la ceguera. Es normal que desde la televisión, o desde el plasma del bar todo quede con un aire onírico, desenfocado, casi irreal… Como un sueño mal recordado. Pero que poco a poco se irá haciendo cada vez más tangible, más real. Conforme te acercas al campo, al inconcluso templo de bendiciones verdiblancas, todo parece ir más deprisa. Como en un galope sostenido, que aporta ese extra que otros grandísimos equipos del mundo ya quisieran, si quiera rozar. Una afición como pocas en el mundo, una fé irremediable y anclada en el centro del pecho justo, traspasando el corazón… llegando a ese finísimo velo que guarda el alma... 11 gramos de alma guerrera, de lucha incesante, de descaro y desparpajo andaluz universal...

Hay algo más grande en el mundo que nacer bético??

Chesco Reyes

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sábado, 25 de enero de 2014

CELTA 4 - 2 BETIS


EL CELTA PONE OTRO CLAVO EN EL ATAÚD VERDIBLANCO







El Celta ha tumbado al Betis en Balaídos (4-2) para avanzar con seguridad hacia su meta, la permanencia en Primera División. Porque dormirán seis puntos por encima de la zona de descenso; pero sobre todo porque una de las tres plazas condenatorias parece estar ya reservada para los sevillanos, que no reaccionan ni siquiera tras el segundo relevo en su banquillo.
Probablemente ha sido esta noche cuando Gabriel Calderón,nuevo entrenador y acaso última esperanza del Betis, ha percibido con exactitud las dimensiones de la misión que se le ha encomendado. Las matemáticas hablan de una remontada dificilísima, pero sin duda no son ni la mitad de desalentadoras que las sensaciones que transmite su equipo.
Y eso que los primeros minutos de la nueva era fueron esperanzadores. Sobre el pesado césped vigués se presentó un conjunto andaluz considerablemente ordenado, que hasta se puso por delante gracias a un remate en boca de gol de Rubén Castro tras centro de Juanfran desde la derecha. Pero estos futbolistas no son ni por asomo los heroes que el técnico argentino requirió en su comparecencia ante los medios previa a la cita.
En cuanto el Celta reaccionó, o incluso antes, encontró con facilidad la fórmula para voltear el marcador. Conviene tener en cuenta que el de Luis Enrique no ha sido, en lo que va de campaña, un elenco especialmente solvente ante su público. Pero en la banda izquierda de la defensa del Betis hallaron una autopista sin peaje hacia una victoria casi cómoda.
En su primera aparición por ese costado, Rafinha colgó un centro que Orellana, con sus 169 centímetros de altura, cabeceó con inteligencia sobre Sara. Diez minutos después fue Hugo Mallo quien la puso y Charles quien asestó el testarazo que dejó en evidencia a la defensa visitante. Todavía antes del descanso, la verbena en el área bética permitió que Orellana, asistido por un generosísimo Charles, elevase el demoledor 3-1.
Tras el intermedio, el Celta sabía que sólo necesitaba ser práctico para no dar a su rival la vida que no tenía. Le dejó tener la pelota hasta que de su ansiedad surgiesen los espacios idóneos para lanzar contragolpes; o nuevos errores que le permitiesen sentenciar. Sólo tuvo que esperar hasta el ecuador del segundo periodo. Cuarto desastre defensivo del Betis, centro de volea de Charles y remate plácido de Nolito, tan solo en el área pequeña como si sus marcadores le tuviesen miedo.

Balaídos se puso a hacer la ola y los suyos se relajaron, encajando el 4-2 en una acción a balón parado que Yoel no supo despejar, regalando el doblete a Rubén Castro. El portero celtiña ahorró cinco minutos de sufrimiento a los suyos evitando el hat-trick del canario. No se movió el marcador y los béticos empezaron a pensar en una clasificación que habla de 17 durísimas jornadas de aquí hasta el final. En la misma senda, el Celta ha recorrido ya el doble de kilómetros.

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